Cartagena ha sido considerada un recinto hospitalario para un número significativo de jóvenes y nuevos talentos que arriban para emprender caminos que los conduzcan a alcanzar sus sueños. Sin embargo, son también muchos los pueblos del departamento de Bolívar que han visto nacer a grandes promesas que, en la actualidad, forjan su propio recorrido con pasión, orgullo, entrega absoluta y con un único objetivo: dejar en lo más alto el nombre de su tierra. Estos son los herederos de los Gaiteros de San Jacinto.
También puede leer: Tradiciones de Cartagena: el vaivén de la hamaca y su acogedor abrazoEsta población, por ejemplo, es un municipio de Colombia situado en el norte del país, en el departamento de Bolívar, a 120 km de Cartagena de Indias. Ubicado justo en los Montes de María, una zona que se vio -vigorosamente- afectada por la violencia, algo que sin duda alguna dio un vuelco a los planes y proyectos de vida que tenían cientos de personas, quienes tuvieron que dejar su lugar de origen para empezar de nuevo en la urbe, o ir, incluso, de un espacio a otro a mostrar sus talentos, tal y como ocurre con los gaiteros, sus máximos exponentes ante el mundo.
Desde ese instante no han interrumpido su expedición ni han abandonado su misión de exaltar los sonidos de la gaita, los tambores y su legado de más de medio siglo de historia. Estas siguen siendo razones más que suficientes para que estos precursores de la música ancestral sigan con su valiosa y preponderante aventura.
Los Gaiteros de San Jacinto son capaces de traducir la realidad de muchas zonas rurales de Colombia al lenguaje de la música. Cada uno de ellos revela el sonido de una región en la que nació, una nueva raza como resultado del mestizaje indígena, africano y español, y que consecuentemente ha sido difundida por más de cuatro generaciones de cuidadores de este tesoro preciado y representativo del folclor colombiano.
“Yo soy el buen heredero, yo soy el buen heredero… del negro, el indio y el blanco; del negro heredé el tambor, del indio heredé la gaita y del español heredé su canto...” son algunos de los versos que entonan estos gaiteros de San Jacinto haciendo referencia a la importancia de la herencia y el legado cultural.
Han encontrado en cada obstáculo una nueva oportunidad para convertir sus lamentos o heridas -que dejó la violencia- en enseñanzas, en lecciones de vida que logren sensibilizar a la población para que, como ellos, encuentren en el arte una nueva forma de vivir, de albergar historias y vivencias.
Por ello, los gaiteros de San Jacinto no sólo se dedican a hacer presentaciones musicales, sino que también desarrollan talleres donde dan muestra de la trascendencia que tiene este tipo de expresión cultural identitaria, evidenciando también el conocimiento ancestral que muchas naciones como Argentina, Chile y México han querido imitar por profunda admiración. Es decir, la intención de dignificar y honrar la cultura sanjacintera ha llevado a que muchos grupos logren apropiarse de elementos que tienen estos exponentes de la música folclórica, permitiendo a su vez que la Capital Cultural de los Montes de María ocupe un lugar importante a nivel mundial.
Sus presentaciones en los distintos países del mundo son muy relevantes, tanto así que no sólo oriundos de Colombia se contagian de la alegría y el sabor, sino también extranjeros, quienes encuentran en esta música una nueva forma de disfrutar del arraigo cultural y tradicional que tiene consigo.
Ahora, resulta clave referirse a las nuevas generaciones que han extraído de los referentes veteranos el amor y el respeto por esta música folclórica que abarca la cumbia, el porro, la gaita, fandango y la puya. Sin embargo, la tarea es de todos, teniendo en cuenta que se debe apoyar e incentivar a los niños en temas culturales, para que ellos continúen con el legado y sigan siendo transmisores de tradición y folclor.
Pasar por San Jacinto es deleitar la vista; colorido y pintoresco, de gente encantadora que logra acaparar miradas y suspiros de visitantes que, una vez llegan al municipio, se dejan contagiar por el regocijo de sus gaiteros y artesanos que tiñen de tradiciones y costumbres a este pueblo ubicado en el norte del país.
Este municipio bolivarense, que ya era reconocido por la impecable labor de sus artesanos, se identifica desde hace muchos años con las gaitas y la cumbia, siendo quizás la música popular más extendida en América Latina, con un trasfondo social y cultural muy valioso y admirado. Esto, sin lugar a dudas, lo convierte en un destino atractivo para aquellos que llegan a Cartagena con la intención de emprender desde allí una nueva travesía que los conduzca a revivir -por medio de anécdotas, relatos y expresiones culturales- la historia de las comunidades locales.
También puede leer:Palenque, más que ver mucho para contarLa música de los gaiteros de San Jacinto está, además, ligada a la música de Carnaval, lo cual genera en ellos aún más trascendencia, no sólo a nivel nacional, sino también internacional. Así pues, la repercusión que han tenido en distintas partes de la Costa ha sido notable, teniendo en cuenta que se inspiran en la cotidianidad de lo rural, en la naturaleza, el amor, en las experiencias vividas, reflejando incluso a través de su vestimenta el orgullo que tienen por su tierra: sombreros vueltiaos, abarcas, manillas y mochilas de colores, son apenas unas de las prendas claves para identificar a cada uno de estos personajes que sí han sabido llevar a cabalidad la herencia musical de sus ancestros.
Nota curiosa: sólo hasta comienzos de los años sesenta esta música pudo ser grabada, masificándose en emisoras y en todo tipo de festividad del Caribe.