Al entrar por las puertas de la Torre del Reloj de Cartagena de Indias nos encontramos con la Plaza de los Coches, un lugar mágico, lleno de alegría, carretas a caballos, turistas, dulces, monumentos y balcones de madera.
Decidí pasar varias horas en este lugar para dejarme envolver por sus encantos. Mi aventura empezó cuando la temperatura estaba alrededor de los 32 grados, me puse mis lentes de sol y llegué al carrito de raspao’ de la plaza.
Mi segunda parada fue en frente al imponente monumento del ilustre conquistador Don Pedro de Heredia, fundador de esta hermosa ciudad, ubicado en la mitad de la Plaza y donde vale la pena sacar una fotografía.
Seguí mi camino entretenida y animada por el sonido ambiente que se escucha en este lugar, la belleza de los balcones en madera de colores y de arquitectura colonial, el olor a dulce y los vistozos vestidos de las palenqueras, aquí se respira magia.
“La Torre del Reloj sin duda alguna es uno de los atractivos que más se destaca en esta plaza, una de las torres más emblemáticas del país y de las más hermosas del mundo, 30 metros cargados de historia”. Me dice un nativo que trabaja en esta plaza sirviendo de guía, y que por cierto tiene mucha razón, esta torre es imperdible en la ciudad.
Ahora me roba la atención un portal que se ve al fondo, ahí habían muchas personas reunidas con expresión de felicidad. Cuando llegué a ese punto, lo descubrí todo, estaba muy advertida del antojo que me iba a provocar llegar al
Portal de Los Dulces, pero no me resistía, ese era el lugar al que más tenía ganas de llegar. Ahí la alegría se come, se siente y vive. No dudé en probar una cocada de coco, una muñequita de leche y una bola de tamarindo.
Salí de ese pasaje con un vendedor ambulante, con su amabilidad y gentileza me vendió agua para poder seguir mi aventura en la Plaza de Los Coches. Me senté en una de las bancas y pude hacer una colección de fotos para mis redes sociales. Capturé a la gente que caminaba por la plaza, los caballos, mimos, palenqueras, la Torre del Reloj y un baluarte inmenso que abraza a esta plaza.
Pero me quedaba faltando la foto del atardecer que todos me pedían. En este punto no podrás observarlo, por lo que preferí caminar hasta el
Camellón de los Mártires y observarlo ahí. Es una obligación moverte hasta dónde puedas ver el ocaso cartagenero, increíble.
Mi cita seguía con la Plaza de los Coches, así que me devolví buscando eso que me habían prometido que encontraría en la noche, música caribeña.
Al atravesar la puerta de esta plazoleta me encontré con la sorpresa que sonaba música de varios géneros -salsa, regueton y hasta música británica- aquí encontramos fiesta para todos los gustos.
Disfruta la tarde y el día en una de las plazas con más alegría de Cartagena de Indias.