Por: Andrés Felipe Cabrera Quintero.
Las Islas del Rosario están conformadas por 27 islas, ubicadas en su mayoría a unos 45 kilómetros al suroeste de Cartagena de Indias. Es decir, a menos de una hora en bote desde el Muelle de la Bodeguita.
Chalupa por la barrera coralina de La Piscinita.
Estas islas hacen parte del Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo, por tanto, cabe recordar lo esencial que es ser respetuosos con el entorno, en el cual se destaca su
barrera coralina, islas de piedra de coral y la abundancia de manglares. Evita dejar basura y seguir las indicaciones de los guías y autoridades locales es vital para proteger este hermoso ecosistema.
También es bueno recordar que las islas pertenecientes a San Bernardo quedan más retiradas. A una hora y 15 minutos yendo hacia el noreste de las Islas del Rosario. Anotarlo antes de incluir y programar en su recorrido sitios como la célebre Casa en el Agua.
Lo primero a elegir para un día en las islas es el transporte. Para las Islas del Rosario, a diferencia de Barú, solo se puede llegar por mar. Es decir, tomando una embarcación desde uno de los muelles autorizados de la ciudad.
Dependiendo del tiempo que haga, lo rápido que pueda conducir el piloto y qué islas desees visitar primero, el recorrido toma entre 40 minutos a una hora. Es necesario ir en botes superiores a los 29 pies para llegar, y se pueden alquilar botes o yates, o reservar un paquete turístico en el que grupos de 20 a 30 personas son transportados en botes más largos.
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Para mayor comodidad, siempre se hará mejor alquilar un bote. Los de 29 pies tienen capacidad para 10 pasajeros, más los dos capitanes. Un bote de 48 pies, por su parte, tiene capacidad hasta para 22 pasajeros. Con esta opción el recorrido es más libre, y le permite a los visitantes estar más tiempo en los lugares que llamen más su atención. Pueden hacer cambios a medida que van conociendo la zona, o incluso ir directo a un solo sitio de su preferencia.
No obstante, en cuanto a economizar, por menos de $300 mil pesos colombianos puedes disfrutar del tour compartido preestablecido por guías y agencias de viajes. El recorrido es el mismo al que se piensa en los botes privados, y si bien a algunos puede resultarle incómodo convivir con extraños, también es una oportunidad para conocer personas nuevas en un ambiente de ensueño.
Parada en los Fuertes de Tierra Bomba
La historia siempre es un punto clave por resaltar de la ciudad. Ya iniciando el recorrido, está en sus posibilidades parar un momento para apreciar el Fuerte de San Fernando y la Batería de San José. No duden en hacerlo. La isla de Tierra Bomba está en el camino hacia las islas y la verán a solo 15 minutos de partir. Muy seguramente su guía estará dichoso de explicarles la importancia de estos fuertes para la defensa de la ciudad en tiempos coloniales.
Fuerte de San Fernando, visto desde Bocachica.
Tour Panorámico
Ya estando en las Islas del Rosario, el tour predilecto es un panorámico por Isla Grande, la isla principal. En ella albergan lujosos complejos hoteleros, y se ubican las únicas dos playas libres de todo el grupo de islas.
Alrededor de ella también se encuentran lugares como La Piscinita o Isla Fiesta, destinos fijos en todo plan turístico. Son 27 islas, sí. Pero entre esas están incluidas varias que hoy son solo infraestructura de complejos privados, la isla presidencial y algunas otras muy alejadas de Cartagena.
Alrededor de Isla Grande se puede disfrutar de la belleza natural de los manglares y la barrera coralina del Parque, practicar deportes acuáticos como Snorkel, buceo, Kayak y Paddle Surf, aprovechar la comodidad que brindan los hoteles, sentir el calor de los isleños vendiendo en chalupa, y tener la posibilidad de nadar y tomar el sol a mar abierto.
Snorkel en Isla Fiesta
Un buen recorrido empieza siempre por Isla Fiesta, apenas a la entrada de Isla Grande. Es un punto ideal para hacer Snorkel. Al ser de baja profundidad -menos de un metro- en varios puntos, se hace más cómodo caretear para los más pequeños allí.
Playas libres
Después de Isla Fiesta, se pasa por el costado de las playas libres. Son dos espacios, muy cercanos el uno del otro, en el cual no hay presencia hotelera y puedes estar tranquilamente, y sin tener que consumir por usar el espacio de arena blanca de Isla Grande.
Turistas en una de las playas libres.
La Piscinita
Y si no deseas playa puedes solo seguir disfrutando de las vistas, pasar por Isla Cocotera, e ir directamente al sector de La Piscinita. Es una de las caras de Isla Grande, en forma de semicírculo, la cual permite que el agua sea muy calmada, casi que sin olas.
Allí está una hermosa isla de coral, tan pequeña que apenas cupo un bar. Es el bar del sector, el cual es administrado por isleños de la zona. En el podrás disfrutar de cocteles hechos con todos los insumos pertinentes y desde apenas $30 mil pesos colombianos.
También hay un gran número de isleños ofreciendo sus productos en canoas y chalupas. Ellos ofrecen cocteles desde $40 a $50 mil pesos, haciéndolos al momento y llevándotelos directamente a la embarcación. Asimismo ofrecen ostras, langostas y una gran variedad de artesanías para que lleves como recuerdo.
Isleño vendiendo en chalupa.
San Martín de Pajarales
Después de tu tiempo en La Piscinita, puedes dirigirte a la Isla de Pajarales. Este destino está a unos 20 minutos solamente, y vale totalmente la pena. La isla es un nido viviente en un árbol de manglar gigante, el cual cubre casi toda la isla. Las aves, que ahí anidaron desde hace casi una década, permanecen sobrevolando la isla para proteger sus nidos.
La isla ya es su hogar, y alberga también una infraestructura hotelera en la que se puede pasar a almorzar o tomar algo mientras se disfruta de sus instalaciones.
Dale de comer a los peces
Muy cerca del Pajaral, está una zona llena de coral. Dependiendo del clima y lo turbio del agua, puede ser la zona con el agua más translúcida de todo el recorrido. Allí, mientras se tenga un poco de pan a la mano, puede arrojarse al mar un par de migas y ver a la diversidad de peces coloridos mientras suben a la orilla para comer. Alimentar a los peces es un momento mágico que merece la pena ser pedido dentro del recorrido.
El Oceanario
El destino familiar por excelencia. En el Aquarium de San Martín de Pajarales los más chicos, y los no tan chicos, disfrutarán de la destreza de los delfines como
show estelar. También podrán apreciar tiburones, peces tropicales, tortugas y toda la fauna que coexiste en el Parque Natural.
La entrada tiene un costo de $40 mil pesos por persona, y el tiempo estimado que tardan los grupos en el lugar es de hora y media.
Turistas nadando con delfines en El Oceanario.
La Avioneta
Un viejo mito local invade todo recorrido por Isla Grande. La historia de una antigua casa abandonada, de más de 100 habitaciones y con una avioneta sumergida al frente. Justo después de pasar por El Pajarál, y ya con miras hacia Barú, se pueden topar con ella.
Muchos relacionan la casa gigante con narcos de tristes épocas, pero lo cierto es que le perteneció a una familia política que, tras no pagar el impuesto que se exige cada diez años, por el uso del espacio público de la zona, se dio a su abandono.
La avioneta y la casa sí que están. Se estima que el aeroplano era propiedad de la Armada Nacional, cuya Isla Naval está también al frente. Es curioso ver cómo muchos se asoman en la casa abandonada por el morbo, pero hacer Snorkel para ver un avión antiguo bajo el agua nunca está de más.
Bora Bora
Entrando por el canal que se forma entre la Isla Naval e Isla Grande, se llega hasta la zona de Bora Bora. Justo al frente del hotel homónimo está la segunda zona por excelencia para caretear.
Si está turbia el agua en Isla Fiesta, por Bora Bora está perfecta. Esto debido a la brisa, y a que queda justo del lado opuesto a Isla Fiesta. Acá la profundidad es mayor, por lo que para los amantes al buceo, este destino suele ser aún más apetecido.
Vistas desde un bote de 29 pies.
Cholón, y un almuerzo en Barú
Un buen final de recorrido puede ser pasar por Cholón. Esta isla, completamente nativa, ofrece todo lo que esté al alcance de sus habitantes: Jet Skies y 'gusanitos'; cocteles, cervezas, ostras y ceviches; en general, todo lo que te puedas imaginar.
Muchos dedican el 100% de su recorrido a este destino, y por algo será. Es cómodo, con buena música y ambiente movido. Así como lleno de isleños atentos y siempre prestos a atender el turismo que les llega a diario.
El almuerzo es importante, y tanto en los hoteles de Isla Grande, como en hoteles de Barú la opción es siempre buena y con todas las garantías legales que se exigen.
No obstante, en casi todas las islas o playas los isleños ofrecen almuerzos hechos por ellos mismos; así como la opción de llevar comida desde antes de zarpar de la marina también está en la baraja.
Playa Blanca también lo verán de camino a Cartagena. Ahí se pueden acercar a sitios como Playa Puntilla o las islas vírgenes que se encuentran cerca del lugar. Todo dependiendo del tiempo que les quede, teniendo en cuenta que la mayoría de embarcaciones deben estar de regreso a sus muelles antes de 6:00 de la tarde.
Ya sea que busques aventura, relajación o un encuentro con la naturaleza, este archipiélago tiene algo que ofrecer a cada visitante. Anímate, seas turista o Cartagenero. Prepara tu traje de baño y aventúrate a descubrir todo lo que las Islas del Rosario tienen para ofrecer.