Quiénes se aventuran a dar un paseo por las cálidas y cristalinas aguas de las islas de Cartagena, encuentran lugares de ensueño, entre los que destaca Playa Blanca, un aclamado sector de Barú. Sin duda es punto predilecto para divertirse pero también es un ecosistema que puede verse afectado si no se cumplen ciertas normas.
Nadar con snorkel, paseos en moto acuática o un recorrido en el famoso “gusanito” (un gran inflable que es arrastrado por una lancha a alta velocidad), son algunas de las actividades más populares en esta playa, que constantemente debe restringir su acceso, para evitar que un desmedido número de personas desequilibre el medio ambiente.
También le puede interesar: un minuto en Playa Blanca (video)Sin embargo, en Playa Blanca se disfruta al mejor estilo de la costa, con una deliciosa comida típica, el arrullo de las olas y la posibilidad de gozar de un paisaje majestuoso, en el que el cielo y el mar parecen ser uno solo, en tonos celestes.
Desde la mañana empiezan a llegar los bañistas, en lanchas o por vía terrestre, personas ansiosas por pasar un día entre el agua salada, la arena blanca y broncear sus pieles bajo el sol, en un paraíso tropical de inmensa belleza. Algunos optan por quedarse y acampar bajo el despejado cielo cartagenero, teniendo a la luna como acompañante durante la velada, quiénes lo han hecho, describen esta experiencia como una escena sacada de una película o cuento fantástico, en verdad es mágico.
Playa Blanca es una maravilla de la naturaleza, pero no es únicamente la favorita de turistas y locales , también es uno de los sitios donde anida la
tortuga carey, una reptil en peligro de extinción, por tanto, es un lugar que debe ser protegido y cuidado, para asegurar que el ecosistema siga vivo.
Cartagena ofrece infinidad de atracciones a quienes la visitan, sin embargo, para mantener su belleza es necesario cuidarla y tratar de generar el menor impacto en sus áreas naturales. Así, miles de turistas y locales seguirán gozando de esta tropical ciudad y sus paradisíacas islas.