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Desde Brooklyn, Nueva York, hasta Bazurto

Siempre quise tener una experiencia diferente a la de cualquier otro turista. Sabía que esta ciudad, colmada de historia, anécdotas y un sinfín de relatos tenía aún mucho más por contar y mostrar al mundo. Eran las 8:30 a.m. y recién llegaba a mi lugar de hospedaje. No quería perder tiempo, así que agarré mi celular para buscar más acerca de un sitio que, particularmente, quería visitar: el Mercado de Bazurto, un lugar idóneo para escuchar otra parte de la historia de Cartagena.

También puede leer: Cartagena, mucho más que un destino turísticoPareja de turistas norteamericanos recorriendo el Mercado de BazurtoA través de una aplicación llamada Frommer’s logré contactar a una agencia que realizaba justamente este tipo de tours: Discover Cartagena by Locals, un nombre que, evidentemente, daba constancia de lo que buscaba. Llegó el día. Estaba muy ansiosa y a la expectativa. Sabía que se trataba de una oportunidad que me permitiría vivir una experiencia poco convencional.

Emprendí mi trayecto en dirección al Centro, donde nos encontraríamos con María, nuestra guía en esta travesía que llevaríamos a cabo una pareja de neoyorquinos y yo, y  quien con su carisma logró atrapar desde el primer instante nuestra atención, haciendo que nos sintiéramos aún más a gusto y cómodos con esta experiencia que se aproximaba. Tomamos un Transcaribe, el servicio de transporte masivo de la ciudad, y nos desplazamos hacia el mercado de Bazurto.Pareja de turistas norteamericanos recorriendo el Mercado de Bazurto en Cartagena, degustando bollos¡Por fin llegamos! Desde el primer momento mis ojos no le dieron cabida al parpadeo. No sabía hacia dónde mirar; personas iban y venían, por doquiera se veían rostros de alegría, otros -por el contrario- de celeridad, que daban cuenta precisamente de todo lo que allí se percibe a diario. Era completamente maravilloso ser testigo de todo ello. La música era protagonista. Parecía acompañar cada paso que daba en mi andar. Fue inevitable no contagiarme de la alegría que transmite la champeta, el ritmo de la Cartagena popular, el más escuchado, y que ha pasado a convertirse en un portentoso fenómeno social con una carga cultural bastante importante. 

Pasados unos minutos, y mientras caminaba, un señor se acercó a mí, muy respetuosamente, y me preguntó si quería bailar con él. Fue inevitable decir que no. La energía que irradian es absolutamente fascinante. Admito que me gocé cada paso: el caballito, el golpeteo, el espeluque, y tantos más que llamaron mi atención por sus particulares nombres. María, quien estuvo siempre a nuestro lado, no dudó en demostrar su talento en el baile. Todos quedamos boquiabiertos por su desparpajo y desenvoltura, tanto que cautivó incluso a quienes concurrían el mercado de Bazurto en ese momento.

También le puede interesar: Getsemaní y sus grafitis: arte urbano en CartagenaPareja de turistas norteamericanos recorriendo el Mercado de Bazurto en Cartagena, baile de champeta“A través de la gastronomía se descubre la verdadera cultura”, escuché pasados unos minutos. Era Kate, mi nueva amiga americana, refiriéndose a la comida que en ese preciso momento estábamos observando. Enormes ollas sobre fogones de carbón cocinaban una gran variedad de platos típicos y representativos de la ciudad, como arroz con coco, carnes en postas, pescados fritos, sancochos, cazuelas de mariscos, arroz con jaiba y otros que nos hacían agua la boca. Una picada de yuca, bollo limpio y sierra -con buen limón- servidos en una hoja de papel kraft, fue nuestra entrada. Deleitó por completo nuestros paladares gracias a su textura y frescura costeña.

No había duda: los sabores de Cartagena logran armonizar la historia, la cultura y la riqueza del Caribe. Ni qué decir de las frescas y apetecidas frutas que reposan en las carretillas y pintan de colores el mercado de Bazurto: lulo, tamarindo, corozo, guayaba, torombolo y tantas más que, indudablemente, fascinaron por completo una vez las probamos.Pareja de turistas norteamericanos recorriendo el Mercado de Bazurto en Cartagena, puesto de aguacatesDe repente, y sin darnos cuenta, María agarró un cuchillo y partió por la mitad una maracuyá. “Vengan, prueben esta delicia con sal”. Nos quedamos mirando y accedimos al instante. Como si se tratara de un manjar, quedamos sorprendidos por su exquisitez. Sin embargo, Dave, nuestro compañero estadounidense, no reaccionó igual, no fue de su gusto. “Ugh, ¡muy ácido!”, exclamó entre risas, poniendo un rostro de rechazo que nos causó mucha gracia. Por el contrario, todos nos chupamos los dedos con un trozo de aguacate, servido nuevamente con sal y limón, que nos ofrecieron en un puesto de verduras. Este manjar, que se deshacía en nuestras bocas, es diferente al tipo que podemos obtener en nuestros países, así que no dudamos en comprar varios para el almuerzo y la cena.

Continuamos nuestro tour, y nos detuvimos unos segundos en el lugar donde se encontraba un personaje muy particular: Runner Corredor, un artista que con sus atractivas obras despertó en nosotros una profunda admiración. La agilidad y rapidez para realizar coloridos carteles era impresionante. María al ver cómo quedaron asombrados Dave y Kate, pidió uno para ellos. “From Brooklyn to Cartagena. July 2019 Kate + Dave Together” decía. Un detalle que aseguraron enmarcarán y colgarán en la sala de su apartamento en Nueva York.Pareja de turistas norteamericanos recorriendo el Mercado de Bazurto en Cartagena, posando con cartel tradicional personalizadoNuestro recorrido culminó en una casa familiar ubicada a menos de diez minutos del mercado de Bazurto, degustando un plato casero tradicional de la ciudad: “arroz de palito”, “carne desmechada”, “ensalada de payaso” (remolacha, zanahoria y papa), y el infaltable aguacate, acompañado de un jugo de tomate de árbol bien frío. Quedamos maravillados.

Otra de las cosas que llamó nuestra atención, y precisamente porque era la primera vez que veíamos algo igual, fue la cantidad de árboles frutales que cabían en el pequeño patio de la casa: guanábana, anón, torombolo, guayaba y tantas frutas más. Fue realmente sorprendente ver cómo podía haber lugar para tantos en una vivienda.

No deje de leer: Gaiteros de San Jacinto: símbolo de ColombiaPareja de turistas norteamericanos recorriendo el Mercado de Bazurto en Cartagena, bailando champetaVisitar Bazurto es ir más allá de lo que a simple vista se puede encontrar en los lugares turísticos convencionales. Es sumergirse no sólo en un mundo de olores, sabores, colores y ritmos, sino también en las historias de coloridos personajes locales que engloban a cabalidad la cultura afrocaribeña e indígena.
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