Por: Hernán Lenes.
Buscando planes extramuralla en Cartagena de Indias, llegamos a Pontezuela. En recorrido por la vía del mar a Barranquilla, en el kilómetro 15 entre Pontezuela y Bayunca, llegamos al Vivarium del Caribe, un parque temático dedicado a la conservación y protección de la fauna de la región Caribe y Bolívar.
Al llegar nos recibió John, un zootecnista que lleva en el Parque desde 2018, y que junto al resto del equipo apoyan, desde la parte técnica, el manejo general del Vivarium. El recorrido empieza adentrándose al bosque seco que habita el Parque: un arbolado bordeado por un arroyo.
La primera parada es un acuario que da ruta a la casa pequeña y oscura que conserva desde serpientes hasta lobos.
“Esto es una cascabel, una de las serpientes más comunes en esta región. Un animal del bosque seco muy traficado en el Valle alto del Magdalena, la Guajira y en el Cesar, porque lo usan mucho en fórmula de los curanderos, y para elaborar brebajes. Es una serpiente muy venenosa. Es, de pronto, la serpiente de mayor importancia médica en Colombia.”, nos cuenta John.
“Esa de allá es una mapaná. Se llama mapaná, barba amarilla, boquidora, cuatro narices, matagato, eso tiene muchos nombres alrededor del país. Es un animal bastante intenso, lo que lo hace peligroso. Reacciona mucho, es un veneno importante. Más del 80% de las mordedoras del país es por estos animalitos”,
continúa.
En el norte de Bolívar, habitan 45 especies de serpientes, más o menos. Y de esas 45, hay 5 venenosas. De las 5 venenosas, 3 deben considerarse por el peligro que representan para las personas, que son 3 víboras: la Cascabel, la Mapaná y el patoco. Las otras 2 son 2 corales. Pero las corales son serpientes muy tranquilas.
Continuando con el recorrido, nos encontramos con un cocodrilo, babillas y caimanes albinos y tradicionales. El Vivarium es el único lugar de Colombia donde podrán ver estos caimanes albinos, que a vista rápida parecen indumentaria, y casi que el único lugar del mundo donde lo hay.
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Al lado del lago de Caimanes y Babillas, separados por una cerca con Palmas de corozo y flores que reciben las mariposas del parque, un lago simulación de humedal del Caribe que es la casa de más de 20 tortugas de río, Hicoteas y Morrocoyos.
El parque, además, de conservar y proteger la fauna de la región, han sembrado especies de árboles que estaban desaparecidas del bosque: caracolís, macondos, ceibas, roble, polvillos; arbolitos que se llaman niguito, que produce una fruta que es muy muy buscada por los frugívoros, por los pájaros, azulejos.
La iniciativa, además de la conservación del bosque seco, pretende atraer animales como, por ejemplo, el tití cabecil blanco que es un animal endémico de la costa caribe, y uno de los monos más amenazados. También los guarumos, de él también se alimentan los perezosos,
“el guarumo pertenece a una familia que se llaman las cecropias, y ahí casi todos los perezosos se alimentan casi exclusivamente de esa familia, aquí en el parque hay un grupo grande de perezosos.”, cometa John.
La misión del Vivarium es educar a la región sobre la conservación de estos animales y sus ecosistemas. Con ese sueño nació el parque hace más de 10 años, una finca ganadera de más de 25 mil metros cuadrados que Sergio Medrano, biólogo y fundador, (fallecido en 2018), convirtió en el refugio de todas estas
especies tropicales.
Precios 2024:
Entrada para adultos: $35000 y niños, de 1 a 12 años, $30000.