Desde el Camellón de los Mártires se ve sobresalir esbelta una torre que ilumina como ninguna. Locales y turistas se sienten atraídos por su magia y esplendor. Maravillados no tardan en sacar sus teléfonos y cámaras para tomarle fotos una y otra vez a esta edificación cuya gloria no puede ser opacada por la luz de los flashes, pues cuando el sol se esconde, la Cúpula de La Catedral comienza a brillar.
Las personas corren tras sus destellos para por fin estar frente a ese hermoso lugar:
La Catedral de Santa Catalina de Alejandría, y su hermosa cúpula, los atractivos más apreciados del Centro Histórico, ubicado en la esquina de la Plaza de La Proclamación.
La Iglesia pese a ser considerada una de las más antiguas del continente, no es la más grande, por eso es conocida como Basílica Menor. Sin embargo, la grandeza de su belleza no tiene comparación y gracias a que fue construida con altas dimensiones, permite que ser apreciada desde la distancia.
Es imposible que alguien pase por la ciudad y no quede encantado con este monumento lleno de magia, un icono religioso que proyecta respeto y devoción.
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Un lugar que se transforma, que de día le brinda esperanza, calma y felicidad a los que ingresan a su aposento santo, mientras los rayos del sol que se cuelan sublimes por las pequeñas ventanas y su techo, acarician las almas abatidas. Y de noche, elegante, brilla como sol de
medio día.
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