Cartagena: santuario de tortugas marinas

Cada día que pasa Cartagena se convierte en un destino reconocido mundialmente, no sólo por sus hermosas locaciones históricas y ambiente encantador, sino también por las invaluables riquezas naturales que su ecosistema alberga.

Desde los espectaculares planes para avistar aves en bosques y ciénagas, hasta la posibilidad de ver de cerca el espectáculo de la llegada a costas cartageneras de las increíbles tortugas marinas, especialmente la Carey, La Heroica se muestra al mundo como un paraíso de la biodiversidad y un santuario en el que especies amenazadas son queridas y protegidas.

Colombia es el primer país en el mundo en diversidad de aves y orquídeas; el segundo en plantas, anfibios, peces de agua dulce y mariposas; tercero en reptiles y palmas, así como la cuarta nación en diversidad de mamíferos. Es el destino ideal para el turismo de naturaleza y científico.

Durante la sexta jornada de liberación llevada a cabo por el Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo a comienzos de septiembre, en colaboración con la Fundación Tortugas del Mar, la Fundación Sueños del Mar y la Armada Nacional, 18 tortugas, entre las especies Carey, Verde y Caguama, fueron liberadas. Lo más significativo de esta jornada fue la integración de niños y jóvenes de las comunidades nativas con turistas, científicos y entusiastas. Del mismo modo, fue bastante llamativa la diferencia de tamaños y edades de las tortugas, que oscilaban entre los 2 y 4 años, las más jóvenes, y entre los 60 y 80 años las adultas. Las costas de Cartagena se convierten, entre los meses de mayo y noviembre, en el hogar y refugio de estos reptiles que llegan cada año a realizar su proceso de anidación. Durante esos días es posible verlas desplazándose en las playas y nadando en sus aguas, pero lo más importante es poderles conceder el espacio para que puedan procrear sin que nuestras acciones y presencia las amenacen. Recordemos que el riesgo de perder para siempre las tortugas está latente, con lo que no sólo perderíamos una bella y valiosa especie, sino que su ausencia impactaría enormemente, de manera negativa, la vida en los mares, y por ende el destino de todo el planeta.

Debido a que esta es una especie migratoria, su proceso de reproducción depende de que nosotros, los seres humanos, cuidemos el ecosistema y su hábitat, al tiempo que les ofrecemos espacios donde puedan sentirse seguras y tranquilas. Pero, ¿qué debemos hacer como visitantes o turistas para asegurarnos de que las tortugas marinas sean protegidas y no tengamos que sufrir las graves consecuencias de su extinción? Aquí proponemos unas normas con las que podemos impactar de manera positiva a nuestro ecosistema:

1. No arrojará ningún tipo de basura fuera de sus contenedores correspondientes.

2. Evitará la utilización de empaques y envases plásticos. Definitivamente está prohibido utilizar pitillos o pajillas.

3. No solicitará ni adquirirá objetos hechos a partir de animales, especialmente aquellos en vía de extinción. Las artesanías y demás accesorios hechos con caparazón de Carey, así como sus compradores, deben ser erradicados para siempre.

4. Cuidará las playas como si fueran lo más preciado y delicado. Será el primer guardián de este ecosistema y lo defenderá de invasores, constructores ilegales y todas las personas inconscientes que alteren el equilibrio natural de este lugar.

5. No comerá ni comprará carne de tortuga o cualquier otra especie amenazada. Así mismo denunciará a quienes lo hagan. Recuerde que no debe quitarle ni siquiera una piedra a estos espacios.

6. Educará a los demás y les mostrará la importancia de la responsabilidad que tienen como protectores de la fauna y la flora. El planeta es el hogar de todos y se debe proteger más allá de las necesidades inmediatas de cada persona.

7. Apreciará la belleza y espectáculo de la vida sin invadir su espacio y sin alterarlo. Las motos acuáticas y lanchas de motor, así como los niveles altos de volumen y la llegada masiva de turistas, no permiten que se den las condiciones propicias para la protección y desarrollo de la especie.

8. Se olvidará de querer tener como mascota o en cautiverio a cualquiera de estas especies. El tráfico de animales es un delito y está penalizado por la ley.

9. Mantendrá una actitud ecológica y ambientalmente responsable en todos los lugares y momentos. No olvide que cada una de sus acciones tiene una reacción, por lo que debe intentar que sus hábitos perjudiquen lo menos posible este hogar llamado Tierra.

10. Impulsará campañas de concientización y prevención en las que se buscará la inclusión de todos los actores sociales. De esta manera, la protección se convierte en tarea de todos y los beneficios e impacto de ésta se pueden percibir en todas las instancias de las comunidades. Normalmente para estas actividades se convocan a los grupos ecologistas, algunas fundaciones voluntarias y grupos juveniles que participan en campañas de educación ambiental. Si hay turistas en alguna de las zonas de liberación pueden asistir siguiendo las reglas de los organizadores. Es importante advertirle a los afortunados que puedan presenciar este tipo de espectáculo, que deben seguir las instrucciones de las autoridades en todo momento, guardar la distancia correspondiente y observar sin interferir. El bloqueador que tanto necesitamos los seres humanos, es perjudicial para la salud de las tortugas, por lo que no debemos interactuar con ellas durante las liberaciones.

La voz oficial y jefa del Parque Nacional Natural Corales del Rosario y de San Bernardo es la teniente de navío Stephanie Pauwels. Si alguien está interesado en conocer más sobre estos procesos de conservación puede ingresar al sitio web www.parquesnacionales.gov.co. Escribir a los correos: comunicador.dtca@parquesnacionales.gov.co y corales@parquesnacionales.gov.co. O si desea llamar lo puede hacer al número (5) 665 5317.

Con suerte podrá ser parte de la próxima liberación. Manténgase conectado y al tanto.