Este baluarte fue construido por Cristóbal de roda y reforzada posteriormente por Francisco de Murga. En 1714 un fuerte temporal destroza parte de la muralla, quedando en pie los conventos protegidos por una simple estacada provisional. Herrera y Sotomayor refuerza esta cortina en 1725, protegiendo los baluartes con cajones de madera, con lo que conseguiría asegurar las obras y alejar el mar del pie de la muralla de cartagena.