De lo primero que te impregnas al desviarte por alguna de sus calles, son de sus paredes pintorescas y graffiteadas, revestidas de historias que resaltan la importancia de Cartagena.
Este es un lugar de fiestas interminables y personas que contagian alegría. Estando ahí podrás encontrar cualquier sitio para disfrutar, desde un puesto de comidas rápidas hasta finos restaurantes de variada gastronomía. Un pequeño y acogedor bar, o reconocidas discotecas. Casas coloniales, hostales, hoteles y apartamentos que también se alojan en este espacio multifacético. Definitivamente es lo máximo.
Antes del anochecer se pueden ver las aves volando mientras hacen cantos melodiosos en un cielo turquesa y resplandeciente, al tiempo que los extranjeros se pasean felices por sus rincones al estar en un lugar tan cómodo, tranquilo e inolvidable como lo es el famoso y popular Getsemaní.
Es lo mejor de lo mejor para realizar planes con amigos o familiares, podrás ir a descansar después de un día agitado, o ver el panorama junto a la variedad cultural de personas que ahí concurren. Desde que entras todo lo que se percibe es música, es inevitable no entusiasmarse a bailar, en fin. Este espacio recreativo alejado del peligro, de lo urbano y lo cotidiano está de moda.
Y ahora ¿quién no ha ido a conocerlo? Esta zona es la que más se inunda de nativos, turistas, vendedores, animadores, bailarines y muchas otras personas, que gozan y hacen gozar de un ambiente sumamente sano. No existe nada mejor que ir a la Plaza de la Trinidad de San Sebastián España, inmediatamente verás su ancestral y elevada iglesia en donde se sientan muchos visitantes a relajarse, beber y comer lo que se les antoje; los niños se divierten jugando fútbol, y al mismo tiempo es un espacio recreativo para el infante. Apuesto a que ya has oído hablar de ella y de sus maravillosas anécdotas.
Una de las cosas más agradables del lugar es que la gente es increíblemente amistosa. Los turistas tienen conceptos excepcionales sobre este acogedor barrio. Holandeses, españoles, italianos, alemanes, argentinos y estadounidenses, son algunos de los tantos que habitan en su intimidad barrial, quienes destacan que además de ser muy bonito y bohemio, es único, puesto que la ausencia de edificios y carreteras refugia a sus hijos getsemanicenses bajo la luz del anochecer.