Todo comenzó con la idea de ir a tomar unas fotos para hacer varias portadas para esta revista. Sin duda, una propuesta muy tentadora, que nos brindaría la oportunidad de ir a trabajar de paseo por las paradisíacas playas de Barú, que ofrecen postales de ensueño, con sus aguas cristalinas, -entre azul y verdes-, y sus arenas coralinas.
Teníamos que ir y volver lo más pronto posible, pues a final del mes, siempre hay camello -y del bueno- para quienes hacemos parte de esta guía de turismo. Pero, llegar a esta isla de entrada por salida es casi que imposible, pues nadie se puede resistir a los encantos que ofrece este mágico lugar, -situado a sólo 45 minutos de Cartagena.
Así que ha disfrutar se dijo, y aunque nadie manifestó ésta expresión, esa fue la actitud de todo el personal de producción.
Y es que, en esta isla el tiempo pareciera detenerse, es tal la calma y el desestrés que se respira aquí, que las horas invertidas en la ardua jornada fotográfica alcanzaron de sobra, para luego sacar provecho y bañarnos, comprar frutas, collares, pulseras, cócteles y ceviches de langostas y camarones, -ya que los precios son muy asequibles a todos los bolsillos. Barú, aparte de poseer algunas de las playas más hermosas del país, también es una de las más económicas para disfrutar de los manjares típicos de esta región.
Por supuesto, el almuerzo incluyó el tradicional pescado frito, con arroz de coco, patacón y ensalada, una especial bandeja -como le dicen los nativos a este plato- que se disfruta por un costo de 15.000 pesos, dependiendo del pescado que se elija.
A la hora del postre no faltaron las cocadas, caballitos, alegrías y demás dulces autóctonos.
Después de un buen tiempo de relajación y entretenimiento, la periodista encargada de este artículo sacó por fin lápiz y papel para indagar en detalle, todo lo concerniente a este edén llamado Barú, y así de esta forma, justificar su ida...
A nombre de todo el combo que viajó a la isla, -o mejor de quienes hicieron parte del equipo de producción-, tengo que agradecer muy especialmente al comité editorial de Dónde por tan brillante propuesta de habernos trasladado hasta estas espectaculares playas. De verdad, valió la pena el esfuerzo, regresamos con baterías nuevas, después de habernos desconectado por completo de la rutina diaria. A continuación algunos datos imprescindibles para todos los turistas.
Destinos obligados en la Isla de Barú
En Barú hay variedad de playas y clubes privados para ofrecer a los turistas.
Los más conocidos son: Punta Iguana, Puerto Naito, Playa Blanca, la Playita de Cholón, Playita de los Muertos y Playa Bobo.
La playa más popular de todas es Playa Blanca, considerada entre las mejores de nuestras Costas Caribeñas, llamada así por la blancura de su arena.
Es ideal para ir en familia, con amigos o en pareja.
En Playa Blanca, se encuentran alrededor de 100 kioscos que ofrecen diversos platos típicos de la comida Caribe, como la sierra, el pargo rojo y el róbalo, entre otros pescados, a precios que oscilan entre 10 mil y 20 mil pesos.
Además, los visitantes pueden deleitarse con exquisitos cócteles de camarón, pulpo y caracoles, o combinados, por un valor de 5 mil y 10 mil pesos.
Otras opciones para saborear son las ensaladas de frutas, bañadas con leche condensada que se ofrecen por sólo 3 mil pesos.
Cómo llegar
A Barú se puede ir en barcos, en excursiones organizadas que zarpan desde el Muelle Turístico de la Bodeguita o incluso en yates privados, que salen desde distintos sitios de la Bahía. O si lo prefiere en carro, pasando por el corregimiento de Pasacaballos, situado a unos 20 minutos de la ciudad, en donde se toma un ferry que cruza varios vehículos hasta la Isla, por valor de 15.000 pesos (ida y regreso). Este servicio se presta desde las 6:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde.
Luego de cruzar en ferry se toma una carretera destapada, que pasa por los corregimientos de Ararca y Santana, por espacio de 35 minutos. Es recomendable ir en camioneta o vehículo doble tracción, ya que la carretera no está pavimentada y tiene muchos desniveles.
Actividades recreativas
Aparte de sol y playa, Barú ofrece diversas actividades náuticas, que se cuentan entre los atractivos de la Isla.
Las opciones más divertidas son: El gusano y las donas, -inflables locos- que recorren el mar, mediante una desafiante carrera de velocidad que termina tumbando a los valientes aficionados a la recreación extrema. El costo de ambos juegos oscila entre 10 y 15 mil pesos incluye 3 caídas-.
Las motos acuáticas también están disponibles en las playas de Barú, a un costo de 90 y 120 mil pesos. Estos precios se pueden negociar-.
Igualmente las pequeñas embarcaciones llamadas Kayak, ideales para remar a dúo se disfrutan al máximo en estas tranquilas aguas. El alquiler de un Kayac está entre 20 mil y 50 mil pesos, dependiendo del tiempo.
Y para los niños, es muy recomendable el servicio de caretas de buzo -desde 4 mil hasta 8 mil pesos la hora- para observar la espectacularidad de los corales y el fondo del mar.
Barú, pueblo de pescadores
Barú es una pequeña población de pescadores, donde es posible encontrar variedad de artesanías como bolsos fabricados en semillas, collares multicolores, artículos decorativos con motivos marineros, hechos en madera, por destacados artesanos nativos de la Isla.
Asimismo, esta conformado por cuatro balnearios turísticos como son: playa blanca, playita de Cholón, playa de los muertos y playa bobo.
Ofrece alojamiento en casas-hostales que ofrecen cómodas tarifas. Una de ellas es Villa Bonga, una casa en madera de dos pisos y de estilo caribeño, frente al Parque la Bonga, situada en el mismo pueblo de Barú. Puede llamar al 3135746054 y comunicarse con la señora Mariela Zúñiga. El valor de hospedaje es 10 mil pesos por persona.