¿Conoces el Museo de la Esmeralda de Cartagena?

En Cartagena de Indias se esconden innumerables maravillas, ya sean naturales, artificiales, antiguas o contemporáneas, las cuales atraen y enamoran a todos los visitantes de este cálido lugar, que algunos describen como mágico. Al recorrer la ciudad encontrarás playas, fuertes, modernos edificios, balcones coloniales, casas antiguas restauradas como hoteles boutiques, plazas históricas, y gran cantidad de museos, entre esos, el Museo de la Esmeralda, una empresa familiar dedicada a la enseñanza e ilustración sobre el proceso de extracción y tallado de la esmeralda, una valiosísima piedra preciosa. Con la guía experta de Luis Torres, visité el museo dedicado a aquella famosa piedra verde con la que se elaboran gran variedad de joyas y artesanías.

Las esmeraldas están compuestas principalmente de un mineral incoloro llamado berilo, y gracias a agentes oxidantes como el óxido de cromo, óxido vanadio y óxido de hierro, cambia su coloración desde un verde amarillento hasta un verde intenso, siendo esta última tonalidad considerada como la de mayor calidad. Todas las que se exhiben en el museo son genuinas, donde las diversas formas que toman resultan interesantes, y las que los artesanos les dan son sorprendentes.

Las esmeraldas se forman junto a otros minerales como el cuarzo, la calcita y la pirita -también conocido como oro falso u oro de los tontos-, por lo que adquieren partículas de estos tres elementos, que son llamados inclusiones y son como las huellas digitales de esta piedra preciosa.

Aunque no hay un estándar completamente establecido, de las minas de Colombia se extraen las esmeraldas de mejor calidad a nivel mundial. Su brillo, color y transparencia no tienen igual, gracias a una mayor concentración de óxido de cromo en su composición. Entre menos inclusiones tenga la piedra, mayor es su costo.

Es fascinante recorrer las cinco salas del museo, cada una bien ambientada y ornamentada con dioramas. Tener la experiencia de estar dentro de una mina perfectamente recreada es inigualable. En ella se pueden observar las vetas de calcita, lineas blancas a través de las paredes de roca negra, consideradas la cama donde duermen las esmeraldas y que sirven de guía a los mineros para encontrarlas.

El proceso de extracción ha cambiado con el paso del tiempo. Anteriormente esta actividad se realizaba a campo abierto, pero por la gran contaminación que producía, fue necesario buscar nuevos métodos. En la actualidad se realizan implosiones a través de agujeros en los estrechos túneles de las minas o se extraen con herramientas manuales.

En el museo podrás contemplar esmeraldas provenientes de diferentes países, como Brasil, Afganistán, Pakistán, Rusia y Zambia, además de un tipo especial de esta piedra que sólo se encuentra en Colombia, llamado ‘trapiche’. También se pueden apreciar piedras semipreciosas derivadas del berilo y piezas precolombinas fabricadas en oro. Gracias al guía aprendí que las esmeraldas eran usadas por los nativos de América, incluso eran adoradas por una tribu ecuatoriana, dándole el nombre de Umiña -diosa de la salud-. Pero también fueron usadas en el Antiguo Egipto, dónde Cleopatra se adueñó de las minas y utilizaba las piedras para la creación de lujosas joyas.

Sin embargo, a pesar del sinnúmero de minerales y artesanías que puedes encontrar, el mayor atractivo y verdadero tesoro del museo es una gran roca llamada Petra, en la que se alojan alrededor de 60 cristales de esmeraldas, y se dice que en su interior podría contener más. Conseguir tantas esmeraldas juntas en una misma roca matriz es poco probable, y es casi considerado como un milagro de la naturaleza. Las minas de Colombia produjeron a Petra gracias a las perfectas condiciones de presión, temperatura y de espacio con las que cuentan, puliendo las esmeraldas que se formaron en ella y otorgándole lados hexagonales. Esta gran roca fue descubierta en 2004 en Muzo, Boyacá, y con 236 libras se convirtió en la más grande en ser extraída en el país.

Además, en el museo encontrarás a Patricita, una esmeralda casi perfecta que reúne las exigencias para ser considerada de alta calidad. Un espectáculo digno de apreciar. Por otro lado, el museo cuenta con un taller en el que se realizan el proceso de tallado y diseño de joyas fabricadas con esmeraldas, oro y plata; éste además funciona como lugar de entrenamiento para los estudiantes de Fejocar, una escuela para la formación de artesanos que trabajan con piedras preciosas y metales.

Es una visita recomendada, aunque el acceso se encuentra restringido. Para poder acceder al Museo de la Esmeralda es necesario contactarse y hacer una reserva. El recorrido fue una experiencia inigualable, en el cual pude apreciar tantas maravillas de la naturaleza y joyas que captaban mi atención. Disfruté caminar a través de estrechos túneles que recreaban los de las famosas minas de Muzo, Chivor, Coscuez, La Pita y otros yacimientos de esmeraldas ubicados en Boyacá. La amable atención del guía y la información oportuna que brindó, hizo amena y entretenida mi estancia en el museo.