En febrero de este año dos hermanos suizos decidieron conocer la “ciudad más bonita de Colombia” - como aseguran con emoción- y aquí en Cartagena de Indias estuvieron disfrutando de todo el esplendor de este paraíso tropical.
Al llegar, Zimon y Aline Züger descubrieron que no solo la ciudad es bonita, sino también su gente, con el carisma caribeño que los caracteriza, entre otras cualidades extraordinarias. En realidad, los costeños – habitantes oriundos de la Costa- son así, amables, alegres, serviciales y un poco escandalosos a decir verdad, pero con una belleza interior que a los extranjeros contagia.
Por recomendaciones de amigos que ya habían visitado Cartagena, Aline de 23 años y Zimon Züger de 20, decidieron constatar las maravillas que les detallaron, y al llegar descubrieron que sus amigos se quedaron cortos ante extraordinaria belleza.
“En Cartagena nos sentimos seguros, su gente es amable, el Centro Histórico es maravilloso, los colores de las casas son extraordinarios. La variedad de flores es sorprendente, las múltiples facetas de la ciudad y hasta los vendedores callejeros nos cautivaron”, afirma Aline, quien estudia Ciencias y Alimentos en Suiza. Antes de arribar a Cartagena había estado en Panamá, participando en la Jornada Mundial de la Juventud 2019 con la presencia del Papa Francisco.
Algo tan normal como sentarse una noche en la Plaza de La Trinidad del barrio Getsemaní, a degustar un perro caliente, fue otra de las experiencias inolvidables de Aline, porque como ella afirma “estar rodeado de tanta gente, el movimiento, el ambiente en general, todo lo de esa plaza me encantó y me sentí segura”.
Zimon por su parte, quedó maravillado con el tour por el Centro Histórico. Aprendió mucho sobre la historia de Cartagena y algo que lo terminó de cautivar fue contemplar el atardecer sentado sobre las murallas que sirvieron de fortín en la época de la Colonia.
Como buen suizo, en su localidad Zimon recibe formación en la elaboración de quesos, famosos en todo el mundo gracias al cuidado y a las características artesanales con las que se elaboran.
No se resistieron a delicias típicas como los crocantes patacones de plátano verde y las empanadas o arepas con
huevo. La diversidad de frutas tropicales y hasta las arepas asadas rellenas de queso campesino –de puestos callejeros- hicieron parte de la lista de exquisiteces que los hermanos nunca olvidarán de La Heroica.
Los Züger optaron por culminar sus días bronceándose en la maravillosa Playa Blanca y disfrutando todas las
bondades de ese paraíso de aguas cristalinas, “deleite” de turistas y locales del sector Barú –zona insular a 40 minutos de Cartagena-.
Aline y Zimon se marcharon a Suiza con sus expectativas satisfechas, pero con la promesa de regresar a tomarse un café en algunos de los lugares que los cautivaron en la ciudad más bonita de Colombia.