La noche apenas iniciaba, pero el Centro Histórico de Cartagena de Indias gozaba de vida. Caminaba junto a varios amigos buscando un lugar dónde conversar, cuando escuchamos una guitarra tocando un majestuoso bolero, seguimos su sonido desde la Calle de la Factoría y llegamos a la Plaza Santo Domingo. En ese momento pude escuchar con claridad la voz de un cantante, “Noches de Cartagena que fascinan con el suave rumor que tiene el mar”, entonaba mientras tocaba la guitarra en la concurrida plaza.
Frente a mí se alzaba imponente el Convento Santo Domingo. La estatua de la Gorda Gertrudis, creada por Fernando Botero, yacía recostada como de costumbre, dando la espalda a los turistas y locales que disfrutaban de los restaurantes de alrededor. Las mesas de madera dispuestas en medio de la plaza brindaban un toque elegante y sugerían que ese era el sitio indicado para charlar con mis amigos.
Decidimos sentarnos a tomar unos cócteles bajo la luz naranja tenue que irradiaba un enorme farol. La música me arrullaba y la brisa fresca me hacía sentir tranquilo; la Plaza Santo Domingo es el lugar ideal para disfrutar una copa de vino, para compartir con personas especiales para ti y contemplar la magia de la ciudad amurallada en un ambiente romántico y sereno.
Había gran afluencia de gente, pero la tranquilidad gobernaba en aquel lugar. Miré a mi alrededor, solo podía ver caras de felicidad; a nuestro lado pasaban coches tirados por caballos y sobre nosotros, representando la valiosa arquitectura de la ciudad, se ubicaban hermosos balcones, que parecían vigilar desde las alturas. Después de una tanda de boleros, vi pasar a un grupo de artistas urbanos que improvisaban letras entre risas.
Sin duda alguna, la Plaza Santo Domingo es un lugar donde confluyen todo tipo de expresiones culturales y gustos. Un destino obligado para quienes visitan Cartagena y para locales que desean vivir uno de los más grandes encantos de la ‘ciudad heroica’.
Terminados los cócteles decidimos seguir recorriendo las calles del Centro Histórico para conocer más de la belleza de Cartagena, que como dice la canción de Jaime Echavarría, es un “Lindo rincón Caribe y colonial”