MILENA CONRADO BARRIOS
DONDE
Por su belleza, imponencia y espectaculares vistas este lugar hasta hace poco solo servía como escenario de importantes eventos privados, principalmente bodas.
Desde hace un mes la Escuela Taller Cartagena de Indias (ETCAR) -administradora de las fortificaciones de Cartagena lo devolvió al uso público, por ello hoy podemos subir y transitar libremente por este baluarte y como aduce Germán Bustamante Patrón, director de la ETCAR. tan significativo para la historia de la ciudad porque queremos conseguir que los residentes de la ciudad y visitantes, puedan tener más rutas y lugares que conocer en sus recorridos por las fortificaciones; así se apropian de ellas por todo lo que significaron en el pasado y por lo que hoy representan para el mundo.
La visita
Junto a la Calle de La Ronda y contiguo a la Plaza San Pedro Claver está este bastión patrimonio de la arquitectura histórica de Cartagena, cuyo nombre original era Baluarte de Los Moros. Hermosas flores fucsias de una frondosa veranera, dos almendros y una palmera nos dan la bienvenida a mí y al grupo de turistas que me acompañan. Con paso lento pero firme subimos por la rampa de acceso, bastante empinada por cierto. Lo primero que divisamos al pisar la explanada son unos cañones que nos hacen pensar en batallas y no estamos alejados de la realidad. Este baluarte fue destruido por ataques de los franceses.
Allí arriba le escuchamos a un guía turístico decir que luego de su destrucción el baluarte fue reconstruido y ampliado por el ingeniero Juan Herrera y Sotomayor, dándole la dimensión que se conserva hoy en día con el gran garitón barroco y la rampa de acceso.
Las restauraciones realizadas en 1968 por Juan Manuel Zapatero y las intervenciones actuales de la Escuela Taller Cartagena de Indias permiten que hoy estemos recorriendo este baluarte a nuestras anchas.
Once cañones con dirección a la Bahía de Cartagena, una garita amplia en la esquina del baluarte, un cañones más apuntando a Bocagrande, un acogedor tendal con 6 muros de ladrillos y 4 de madera, su amplia explanada y parte del cordón amurallado hacen parte de este histórico y representativo lugar. Desde aquí arriba también disfrutamos hermosas vistas hacia el Muelle La Bodeguita, el Centro de Convenciones Cartagena de Indias, el Muelle de Los Pegasos, el Convento San Pedro Claver, el barrio Bocagrande, el mar Caribe, entre otras panorámicas de ensueño.
Desde la casa-colegio de los Jesuitas -hoy Museo Naval- se puede apreciar este bastión en todo su esplendor.
Allí arriba el tiempo pareciera detenerse porque es tanta la paz y tranquilidad del lugar que perfectamente sirve como sitio de esparcimiento.
Antes del anochecer bajamos por donde subimos, no sin antes tomar las fotos del recuerdo.