Una escapada a la Ensenada de Cholón

Tres días antes de llegar a Cartagena de Indias estuve buscando en Internet esos lugares que tenía que conocer en esta ciudad, mi segundo destino en Sur América. Encontré Cholón, una isla paradisíaca que por fotos parecía todo lo que necesitaba para empezar mi verano.

Al llegar a Cartagena, acompañada de 12 personas, casi todos extranjeros, partimos en yate a las 9:30 a.m. desde el Muelle de La Bodeguita, -único muelle autorizado para el embarque de turismo- para disfrutar un día alejado de la rutina, rodeado de hermosas aguas de color azul y terminar con un bronceado dorado en la piel.Remberto, el piloto de la embarcación nos dio la bienvenida asegurándonos un día increíble. La música, la brisa, la energía de los viajeros y el color del mar me tenían emocionada, definitivamente no hay mejor placer en el mundo que viajar a lugares mágicos.

De repente el color del mar empezó a cambiar, nos explicaba Remberto que gracias a su color cristalino estas playas son tan famosas entre las personas que quieren un lugar para simplemente tener unas buenas vacaciones de playa.

Pasaron 45 minutos y llegamos a Cholón, el ambiente de rumba brotaba de cada mangle que rodea esta Ensenada. Lo que observamos a primera vista nos sorprendió a todos los que por primera vez viajamos a este paraíso en la mitad del mar.

Actividades en la ensenada de Cholón

Paseo en kayak 

Es una de las actividades más practicadas en esta zona, tanto por locales como por extranjeros. Lo mejor de un recorrido que reúne naturaleza, actividad al aire libre y mucha diversión.Flyboard

Sentir que flotamos en el aire por encima de este mágico paisaje, gracias a la presión del agua, es una sensación increíble.Visitar la Isleta Azul

Entre los mangles van apareciendo las playas más azules que pudimos apreciar en todo el recorrido, y la arena más blanca de todos los destinos tropicales que he pisado.Pasear en velero

La embarcación realiza un recorrido a paso lento y estable dentro de la hermosa Ensenada, justo cuando está por llegar la hora del atardecer, en el momento en el que el sol se esconde dentro del mar para dejar un bello paisaje entre naranjas y azules.